Godoy Cruz tiene una cita clave en el Gambarte. No es el jueves con Mineiro, por la Copa Sudamericana, por más atractiva que sea la vidriera internacional.
“El” partido es el lunes contra Vélez, un rival directo en la lucha por la permanencia. Ahí comenzará la seguidilla de once finales que marcarán el futuro del Tomba.
El Expreso llega al límite. Con apenas 20 puntos, está 27° en la tabla anual, a dos pasos del abismo. Los números son elocuentes: solo tres victorias en todo el año y una sucesión de empates en el plano local que no sirvieron para escapar del fondo.
La sensación de equipo a la deriva no se explica únicamente por lo deportivo. La dirigencia tiene una cuota central de responsabilidad. Apostó demasiado tiempo por Esteban Solari, cuya era terminó siendo una condena lenta. Chapini, Mansur y compañía reaccionaron tarde. El final de ese pésimo ciclo estaba marcado mucho tiempo antes de la derrota con Gimnasia, que obligó a dar el golpe de timón.
Walter Ribonetto asumió en un escenario de tormenta y en pocos días acumuló dos derrotas lógicas. Es injusto cargarlo de culpas cuando todavía no tuvo margen para trabajar, pero lo cierto es que el presente no da respiro.
El problema viene de antes: de mercados de pases muy flojos, de refuerzos que nunca estuvieron a la altura, de escándalos que sacudieron al plantel y se llevaron puesto a un ídolo, de jugadores clave que bajaron notoriamente su nivel. Lo de este último mercado fue un intento de corrección desesperado, pero llega con el agua al cuello y sin margen de error.
El jueves habrá fiesta en el Gambarte y la ilusión del batacazo internacional está. Pero la prioridad es otra: sostener la categoría. Porque lo que realmente importa no es un pasaje a cuartos de final, sino mantenerse en Primera. Por eso, guste o no, es mucho más importante el duelo contra Vélez.
El descenso borraría de un plumazo cualquier alegría copera y hasta dejaría en un segundo plano la histórica vuelta al Gambarte. Todo el mundo tombino lo sabe y entiende: la Sudamericana es una utopía; la permanencia, una obligación.