Cada vez que vengo a verte, sé que el espectáculo y la entrega nunca van a faltar. A veces el resultado puede darse o no, la pelotita puede entrar o no, pero vos con tu amor, siempre, vas a dejar bien representados nuestros colores.
Ayer una vez más, la gente de Godoy Cruz, demostró nuevamente su valía, su coraje, su pasión y sobre todo su incondicionalidad por los colores más lindos del mundo.
En una cancha ajena, con dimensiones ajustadas copó la parada y demostró ser local en cualquier lado.
Soportó el calor abrazador de las primeras horas de la tarde y luego estoicamente se plantó ante una intensa lluvia de verano.
El equipo ya perdía 2 a 0, los visitantes jugaban mejor pero ellos no paraban de alentar, las tribunas parecían venirse abajo, el agua condimentaba la escena dándole un toque de romanticismo. «Estamos enfermos…juegues dónde juegues te alentaremos».
Era una fiesta, sí, el marcador era adverso y el trámite del partido también, pero el Pueblo Tombino estaba festejando volver a ver a su equipo tras 48 días, trataba de empujar a los que corrían dentro del campo.
Ni el arco iris se quiso perder la explosión de sentimientos que generó el hincha de Godoy Cruz.
Faltaba poco, Central ya había liquidado el pleito con el gol de Campaz, pero las pequeñas luces empezaron a prenderse en los escalones, el público rugió más fuerte y el humo comenzó a colarse en la escena. «Hooooo. Vamos a volver…a volver a volver, vamos a volver».
Fui testigo de como los ayudantes de Central se miraron sorprendidos y hasta se tentaron de sacar una foto cuando la gente del Expreso desplegó todo el carnaval.
Sé que perdimos, que no salió una, pero que de fútbol hablen los que saben, ayer para mí, volvió a demostrarse que nuestro mejor jugador está en la tribuna.
Ese que aguanta calor y lluvia para seguirte a donde sea. No dejo de ilusionarme con el regreso a casa, porque creo que allí ese jugador tendrá un lugar más protagónico y será una gran oportunidad de lograr lo que tanto esperamos.
Una vez más ayer en otro debut en Primera, el mejor de la cancha fue el hincha de Godoy Cruz, enamorado y fiel ladero de sus colores.

