En un encuentro correspondiente al torneo local de hockey sobre patines femenino. El resultado final reflejó la contundencia del conjunto local, aunque el desarrollo del partido quedó marcado por fallos arbitrales decisivos que encendieron los ánimos dentro y fuera de la cancha.
Un comienzo parejo que derivó en caos
El Tomba fue quien pegó primero con un gol de Ayelén Agüero, tras una jugada bien elaborada que ilusionaba con una noche positiva para las visitantes. Sin embargo, Giol reaccionó rápido, empató el encuentro y luego se puso en ventaja con un gol que encendió la polémica: la chicharra sonó de forma equivocada, las jugadoras se detuvieron creyendo que el juego estaba interrumpido, pero una jugadora local aprovechó la confusión para marcar ante la mirada atónita de todos, incluidos los árbitros, que decidieron convalidar el tanto pese a las protestas.
A partir de ese momento, el partido perdió su cauce habitual. La tensión en el campo creció, y los jueces comenzaron a mostrar un nivel errático, omitiendo situaciones claves, como un choque accidental que terminó con la fractura de Paulina Fernández, jugadora del Tomba, sin que se tomaran medidas o se detuviera el juego de manera adecuada.
Mientras Godoy Cruz intentaba reacomodarse, Giol sacó provecho de su experiencia, y con tres goles más, estiró la ventaja a un 5-1 que parecía definir el partido.
Reacción bodeguera y más polémica en el complemento
En el segundo tiempo, Godoy Cruz mostró carácter y logró meterse nuevamente en partido. Fue entonces cuando los jueces volvieron a estar en el centro de la escena: tras una clara infracción no sancionada, Candela Lozano anotó el segundo tanto bodeguero, en una jugada que no debió haber sido convalidada, generando aún más controversia.
Con el partido al rojo vivo, Ayelén Agüero volvió a aparecer para marcar el tercero del Expreso y ponerle emoción al cierre. Luego llegó un penal muy discutido, sancionado por los árbitros Insua y Tossoni, que parecía una compensación por los errores anteriores. Guadalupe Donoso no logró convertir y el marcador se mantuvo 5-3.
Cuando Godoy Cruz se volcaba al ataque buscando la hazaña, Giol sentenció el encuentro con el sexto y definitivo gol, cerrando un partido intenso, en el que la justicia del resultado fue opacada por un arbitraje confuso y desacertado que desnaturalizó el juego.
Conclusión
El 6-3 final le da los puntos a Giol, pero deja un sabor agridulce para ambos equipos. Por un lado, la experiencia y efectividad del local marcaron la diferencia, pero por otro, el desconcierto arbitral condicionó el desarrollo de un partido que merecía un mejor marco. A pesar de todo, tanto Godoy Cruz como Giol jugaron con hidalguía, en una jornada donde el deporte quedó parcialmente empañado por decisiones humanas que deben ser revisadas para proteger la integridad del juego.